"Mono no aware", la sensibilidad hacia las cosas, este concepto tan grande que describe la cultura japonesa con el que Ozu llena a todas sus obras.
Unos abuelos dejan su pueblo para ir a visitar a sus hijos en la gran Tokyo, y se encuentran con el rechazo y la indiferencia. No es la primera vez que escribo sobre una película suya - ni será la última - sin embargo Cuentos de Tokyo, imprescindible para cualquier amante del cine, me ha fascinado a tal punto de haberla repasado, capítulo x capítulo, y haber vuelto a emocionarme con aquellos abuelos sinceros y bellos, me sentí identificada con grande parte de las escenas.
El verdadero paseo, y en mi opinión, el que resume la película, es el que hace la cámara a través de un muro hasta llegar a la figura de los dos ancianos, sentados, a la intemperie, en la hierba, esperando a que su nuera vuelva del trabajo. Este simple recorrido de la cámara es un llamamiento del director, que nos dice: "Nacer, vivir, morir... ¿de qué estamos hechos?"
¡Ozu es un genio!
1 comentario:
Sin lugar a dudas esta es la mejor película que he visto hasta el momento, de este genial director nipón.
A pesar de que esta realizada en 1953 no ha perdido ni un ápice de actualidad.
Me quedo con la frase/resumen del protagonista Chishu Ryu: "... llega un momento en la vida, en el que tus hijos pasan a ser unos completos desconocidos ..."
¿Es posible no hacer una mirada introspectiva después de verla?
Yo creo que no.
Alex Lis
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